PRIMEROS INDICIOS DE PROGRESO EN LAS ESCUELITAS DE TURKANA
Visitamos el proyecto a principios de julio. En el periodo de lluvias precedente habían caído precipitaciones abundantes por lo que el campo estaba mucho más verde que en nuestras visitas de 2014 y 2015. Había bastantes más camellos, cabras y burros… más vida.
Mayor aun fue el cambio que apreciamos en Lodwar, la capital de Turkana, donde se habia doblado la actividad: ¡nuevas tiendas y comercios, algún rótulo luminoso y un par de “hotelitos” recién inaugurados!
Ello se debe a que el Gobierno está mejorando las infraestructuras. Ha dotado al aeropuerto de Lodwar, -antes una pista de tierra con una caseta de madera-, de un edificio para su terminal y ha comenzado la construcción de una nueva carretera asfaltada que llegará hasta Lokitaung, la aldea más próxima a nuestras escuelitas y el lugar donde están establecidas la Misioneras Sociales de la Iglesia. Se prevé que estará terminada en unos tres años. De momento, para llegar a la misión aún hay que usar el “camino” de siempre que sigue en condiciones muy precarias por lo siguen siendo necesarias seis horas para salvar la distancia de los 200 km que separa ambas poblaciones. También ha mejorado la red de distribución eléctrica: ahora se ven unas pocas luces a lo largo de ese recorrido en el que antes no había indicio alguno de civilización.
Cuanto mejor preparada esté la población y, en concreto, nuestros beneficiarios, más probabilidades tendrán de realizar el tránsito cultural inevitable con éxito. Ayudarles en esta preparación es uno de los objetivos del proyecto.Cuando la carretera esté terminada, es previsible una transformación absoluta de toda la zona: se abaratará el coste de los productos de consumo, lo que a su vez impulsará la demanda, la actividad económica y la llegada de nuevos habitantes animados por la facilidad de desplazamiento. El descubrimiento de petróleo es otro factor que provocará cambios profundos que impactaran fuertemente en la población local y en su forma de vida.
Nos alegró comprobar que en las poblaciones próximas a las doce escuelitas todos los índices relevantes han avanzado o mejorado:
Estabilidad o crecimiento de la población atendida por las escuelas.
Involucración de las comunidades locales en la gestión de las mismas.
Aumento del porcentaje de niños escolarizados (hoy 80%) y reducción significativa de niñas con collar (comprometidas con varones adultos y destinadas a realizar tareas domésticas).
Transición estable y creciente a la Escuela Primaria. Cada año accede el 20% del número total de alumnos (de edades de 2 a 7 años).
Formación planificada y continuada del profesorado. Prestigio creciente de los profesores.
Reducción de los casos detectados de desnutrición: para los casos de SAM (malnutrición severa) se reduce al 8% y para los de MAM (malnutrición moderada) al 23%.
Gestión de pozos efectiva en todas las escuelas.
Uso generalizado de depósitos de agua para beber y lavarse las manos antes de las comidas.
Formación en aprovechamiento, manipulación e higiene de los alimentos a todo el personal de cocina.
Eugenio Ruiz Gálvez y Montse Sendagorta, julio 2018