ORIENTACIONES PARA LOS JÓVENES QUE VAN A REALIZAR ACOMPAÑAMIENTO DE NIÑOS ENFERMOS
Es por tu voluntad de servicio a los demás, por el amor que quieras poner en este voluntariado, por lo que debes hacerte voluntario.
Ser voluntario exige un esfuerzo personal, como cualquier compromiso que asumes. Pero ser voluntario te va a permitir iniciar un camino de aprendizaje y de interiorización de valores humanizadores que sin duda merece la pena. Como cualquier aprendizaje, resulta más fácil si tu actitud es abierta, sincera y tolerante, porque si perseveras en el voluntariado, tu corazón se transformará y el primer beneficiado serás tú mismo.
En las salidas de voluntariado las actividades que realices (teatro, marionetas, manualidades o entretenimientos), sólo serán un medio para alcanzar el fin que buscamos, que es acompañar en un plano humano a aquellos que sufren. Al acompañar, no sólo pretendemos animar, sino realmente comunicarnos, dedicar nuestro tiempo a esas personas, interesándonos por ellas. Ve con la idea de que puedes convertir un día triste y monótono de un niño que vive una situación difícil, en un día muy especial, luminoso y que recordará con mucha alegría. Sé consciente de que tu actitud, tu ejemplo, pueden ayudar a cambiar las vidas de los demás. Hazlo con toda tu ilusión, poniendo el corazón.
Para ello debes aprender a cultivar y desarrollar tus capacidades emocionales, espirituales y de relación:
- Ponte en la piel del otro: intenta comprender sus sentimientos y sus circunstancias
- Pregúntale por sus cosas con tacto y discreción, escúchale sin prejuicios, cuéntale tú tus cosas con naturalidad.
- Ponte a su altura, hazte uno de ellos, en realidad es un niño/jóven como tú.
- Comparte su alegría y su dolor.
- Reflexiona acerca de qué cosas sencillas transforman su desánimo en esperanza, su tristeza en alegría, su hermetismo en apertura amistosa hacia tí.
- Ten creatividad para buscar alternativas cuando el asistido no se integra en tu conversación, ten paciencia si sus respuestas son inadecuadas.
- Ten sensibilidad, respeto y aceptación: no juzgues a nadie, no eres quién para hacerlo.
- Se discreto con la información de las enfermedades de los niños y de las confidencias que puedan hacerte, tienes que saber respetar su intimidad.
- Intégrate en tu grupo de voluntarios, ayuda a los demás a integrarse: tu tarea también es que todos disfrutéis vuestra solidaridad.
- Si tienes cualquier dificultad durante tu voluntariado, coméntalo con tu Coordinadora de Grupo. Ella te sabrá informar y asumirá la responsabilidad de ayudarte a resolver los problemas que surjan.