2022/09 Más de 1.600 familias turkanas reciben alimentos para hacer frente a la hambruna

Las comunidades de dos escuelitas vuelven a contar con pozo: uno de ellos se había secado por la larga sequía que sufre el Cuerno de África.

Ante la larga sequía que sufre el Cuerno de África (Somalia, Etiopía y Kenia), y que afecta también a las familias turkanas (norte de Kenia), las Hermanas Misioneras Sociales de la Iglesia (HMSI), aconsejadas por la Fundación Pablo Hortsmann, pidieron ayuda urgente a Manos Unidas y, gracias a ellos, ya han comenzado a entregar alimentos a 1.650 familias que viven en comunidades asentadas en torno a las siete escuelitas más alejadas de la misión, ya que son las que más están padeciendo la hambruna y no cuentan con ningún otro apoyo.

Durante varios años, la temporada de lluvias apenas ha traído precipitaciones. Como consecuencia, los turkana han perdido su ganado, su único medio de subsistencia. Además, la falta de abastecimiento por la ausencia de cosechas provoca la subida alarmante de la malnutrición, sobre todo en los niños y ancianos, los más vulnerables. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), son ya 20 millones de personas los que están en riesgo de morir de hambre en el Cuerno de África.

Kaeris y Kangarukia vuelven a tener agua

Otra de las consecuencias de la sequía es que el pozo de la escuela de Kaeris se había quedado sin agua. Los niños de esa escuelita tenían que caminar varios kilómetros al día al amanecer para recogerla de otro lugar y cargarla hasta la escuela. Sin ella no solo no pueden beber, tampoco pueden cocinar. Esto provocaba que perdieran dos o tres horas de clase. Manos Unidas también ha  financiado ese pozo nuevo y el cambio de la bomba del pozo de la escuela de Kangarukia que había quedado inutilizado cuando se rompió.