2022/09 JÓVENES PROFESIONALES ESPAÑOLES OFRECEN FORMACIÓN Y OCIO A 200 NIÑOS VULNERABLES
"Hay muchas ideas preconcebidas sobre los países africanos que no se corresponden con la realidad”, afirma Berta Pedrós, una de las voluntarias.
Durante julio y agosto, la Casa Hogar de la FPH en Meki se ha convertido en centro de formación y ocio para alrededor de 200 niños que viven en la ciudad y que pertenecen al programa de becas escolaresLetChildrenStudy por encontrarse en situación de vulnerabilidad -algunos son huérfanos o pertenecen a familias monoparentales-. Todos estos niños, de entre 6 y 18 años, han tenido la oportunidad de aprovechar las vacaciones de verano para recibir clases de inglés, charlas sobre sociedad y cultura etíope, disfrutar de actividades deportivas, cine, etc.
El campamento ha estado organizado por un grupo de profesionales voluntarios españoles, junto con el equipo en terreno. Un trabajo que ha llevado meses de planificación desde España pero que ha obtenido su recompensa: “Ha sido una experiencia inolvidable. El tiempo que he pasado con la gran familia que hay allí me ha hecho muy feliz y me ha ayudado a descubrir muchas cosas sobre la cultura de Etiopía y su forma de vivir la vida. Me he dado cuenta de que hay muchas ideas preconcebidas sobre los países africanos que no se corresponden con la realidad que se vive allí”, cuenta Berta Pedrós, una de las voluntarias.
A Martín le ha impresionado comprobar el amor que se tienen los chicos de la Casa Hogar, “cómo se cuidan, se quieren y protegen"
Otro de los profesores, Martín Vergara, comenta: “La experiencia vivida me ha hecho comprender que no se trata tanto de romantizar la simplicidad con la que estos chicos viven, sino más bien de relativizar las comodidades materiales de las que tan dependientes nos creemos en nuestros hogares”.
Martín con los alumnos del campamento de verano
Además, a Martín le ha impresionado comprobar el amor que se tienen los chicos de la Casa Hogar, “cómo se cuidan, se quieren y protegen, especialmente a aquellos que tienen alguna dificultad", relata. Y continúa: "Muchas veces, desde posiciones privilegiadas se habla de los orfanatos como si fueran lugares casi inhumanos, como si la vida de estos chicos no mereciera ser vivida” .
Berta confiesa que guarda la experiencia “como un pequeño tesoro que quiero que se mantenga conmigo sin degradarse”.
Sin lugar a dudas, ha sido un verano diferente para todos los que han participado en esta actividad.