(19/02/14) CARTA DE MAR SOBRE LA UNIDAD DE FISIOTERAPIA
Vino a la clínica quejándose de un fuerte dolor de espalda, venia corvado como un abuelo y tapado hasta la cabeza, que es la forma de decir en Etiopia que estas muy enfermo Temesgen no tenía muchas ganas de sonreír, ni de hablar, solo quería que le diéramos alguna medicina para ese dolor que apenas le dejaba caminar o mover el cuello. En la clínica le abrimos la ficha, como a cada niño que llega, huérfano de padre y madre, estaba solo, vivía con una familia en algún poblado lejos de Meki. Después de un primer chequeo de nuestros pediatras y de una radiografía, se vio claro que Temesgen sólo tenía una contractura muscular que abarcaba toda la espalda y el cuello…sólo eso. Y, coincidencias de la vida, esto fue en agosto cuando teníamos en Meki una fisioterapeuta voluntaria.
Le pedimos a Temesgen que viniera para que le valorara y le tratara la fisioterapeuta. “No puedo”, dijo “tengo que trabajar”. Y este era el gran misterio de porque un niño de 14 años que no ha sufrido ningún accidente o trauma y no tiene ninguna otra enfermedad, tenía una contractura como aquella. “Temesgen, tienes que venir”, le dijimos, “si no, no te vas a poner bueno nunca”. Así que Temesgen encontró una prima en Meki (lo de la familia extendida sigue funcionando en África) que le dejo dormir en su casa y durante tres semanas seguimos viendo a Temesgen cada día en la consulta de la fisioterapeuta. Al cabo de unas cuantas sesiones, le vimos sonreír. Lo celebramos como si nos hubiera tocado la lotería.
Durante una de esas sesiones de fisioterapia, estuvimos hablando con él sobre su vida, sobre la familia para la que trabajaba y a la que se suponía iba a volver cuando se recuperara. Le ofrecimos nuestra ayuda si quería acudir a Asuntos de la Mujer y de la Infancia para que le ayudaran, tratamos de explicarle que era un niño y que no tenía que trabajar, que lo que tendría que hacer, a lo que tenía derecho era a estudiar y a que le cuidaran. Temesgen nos miró con cara de susto y nos dijo que no, que los miembros de aquella familia para la que trabajaba eran muy buenos con él, le daban de comer y hasta le habían dado una cabra para él, de su propiedad, que algún día podría vender y con el dinero comprar una vaca, que algún día podría vender y con el dinero….. No quiso ni por un momento perjudicar a la familia con la que había estado viviendo, para Temesgen no trabajar no era una opción imaginable, eso es lo que le tocaba hacer.
Temesgen perdió a su padre hace muchos años, dice que no le recuerda. Su madre se volvió a casar y tuvo una niña, la hermana de Temesgen. Cuando su hermanita todavía era un bebe, la madre de Temesgen murió. El padrastro de Temesgen no quiso hacerse cargo de ninguno de ellos. A su hermana se la llevo la madrina de bautismo…no sabe dónde. A él lo recogió esta familia, que le ofreció cuidar de sus rebaños de animales a cambio de comida y un sitio donde dormir….. 14 años, 14 años de vida y Temesgen ya sabe lo que es perder un padre, una madre, despedirse para siempre de una hermana y trabajar, trabajar tanto que se siente como si fuera un abuelo de 80 años. 14 años y Temesgen ya sabe que su vida depende de su trabajo, de su esfuerzo y que estudiar o jugar es un lujo que a él no le ha tocado disfrutar.
Cuando Eva, nuestra voluntaria, se fue a finales de agosto, Temesgen desapareció de nuestro día a día….hasta hace un par de semanas. Después de su tratamiento volvió con la misma familia, pero a las pocas semanas volvía a encontrarse débil y sin apenas poder moverse. Vino a visitar a su prima, con la que se había reencontrado en Meki y esta tuvo miedo de mandarle a trabajar de nuevo, miedo de enterarse algún día que su primo pequeño había muerto sin nadie de su familia cerca. Temesgen apareció, como os digo, hace un par de semanas para contarnos esto y para pedir ayuda. Su prima tiene dos niños pequeños y un marido no muy contento de que le haya crecido la familia de repente, su prima es tan pobre como Temesgen y le puede ofrecer un sitio donde dormir, pero no comer todos los días, ni por supuesto soñar con mandarle al colegio, al que sus propios hijos no podrán ir cuando crezcan.
En estas próximas semanas iremos a visitar a la prima de Temesgen, estudiaremos la situación de la familia y si están tan desamparados como parecen, nos gustaría que entrara en el programa de huérfanos externos en el que ya tenemos casi 200 niños, en situaciones parecidas a la de Temesgen.
Temesgen quiere ir al colegio, ojala pueda contaros dentro de poco que ese sueño no va a ser inalcanzable para él.
Durante el mes de agosto, Eva estuvo tratando a casi 30 niños con diferentes problemas, la mayor parte de ellos niños con parálisis cerebral y graves problemas de desarrollo. Vimos cambios en muchos de los niños en apenas cuatro sesiones, algunos de ellos con tratamiento probablemente puedan aprender a andar. Aunque hemos tenido un parón de dos meses, está previsto que a partir de noviembre tengamos fisioterapeuta en Meki una temporada larga.
Gracias al trabajo de todos los que formamos parte de la Fundacion Pablo Horstmann, trabajadores de aquí y de allí, voluntarios; gracias al apoyo de todos los que confiáis en nosotros y nos apoyáis, Temesgen y otros muchos niños que llaman a nuestra puerta se permiten tener esperanza y algunos hasta soñar con ir al cole. Es un lujo poder participar en sus vidas, es un placer compartirlo con vosotros.
Mil besos,
Mar
