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Diario de un viaje, por Ana Sendagorta (ver día anterior)
Días 4 y 5: Hoy tengo la sensación de que quizás se haya salvado una vida, gracias a nuestra presencia.
En medio de toda la vorágine, nos avisan de que una mujer joven que llevaba de parto desde el día anterior estaba en el paritorio sangrando profusamente. Nuestros ginecólogos corren para explorar a la joven, que está prácticamente desmayada por el dolor y el agotamiento. El parto se ha detenido completamente y el personal sanitario local parecía no tomar decisiones. Cuando nuestros ginecólogos llegan, inmediatamente se hacen cargo de la situación, ponen oxitocina a la mujer, comprueban que el feto está bien y comienzan a empujar con el codo, maniobra que facilita el expulsivo. Cuando solicitan un fórceps o ventosa... !no hay! y deciden trasladar a la mujer a quirófano por si finalmente resulta necesaria una cesárea. Gracias a Dios tras una episiotomía finalmente nace el niño con un parto normal... !un alivio para esa madre tan joven y también para su hijo!
El día 5 casi no se termina. Cuando ya nos íbamos a casa tras un largo día de quirófano, surge una emergencia. Nos traen a otra mujer de parto que lleva desde el día anterior con el parto estacionado. Los ginecólogos practican una cesárea y el niño nace precioso y sano. Según están acabando, nos informan de que hay otra emergencia, una apendicitis aguda... ¡vaya final de día!
Nos alegramos de estar especialmente por estos dos últimos pacientes, y aunque la jornada ha sido larga - de ocho de la mañana a diez de la noche -, el equipo se va a descansar con la satisfacción de haber ayudado a muchos.
Tras el quinto día, llevamos 60 pacientes intervenidos.
¡Te mantendremos informado de todos los avances de esta campaña a tiempo real!
